Faltaba poco para llegar a su casa. De pronto observó a un pobre anciano sentado en la vereda, con el rostro pálido y una mirada que trasmitía tristeza. Pensó, pobre anciano, quizás no tiene familia. Quería comprar una golosina, le había ido bien en la escuela, así es que se lo merecía. Sin embargo, quedo fijo en su pensamiento aquel anciano .De seguro tendría hambre. ¡Qué conflicto!
Entonces recordó las palabras de su maestra. Ni pensarlo más ingreso a una tienda compro una bebida y galletas. No era mucho pero seguro era bien recibido. Así fue, al entregarle lo que había comprado observo una mirada de agradecimiento y al retirarse sintió una mano temblorosa que agarraba su pierna al volver su mirada atrás escuchó de los labios del anciano unas palabras que le decían “Gracias”. Lo cual retumbo en sus oídos ¡Qué feliz se sintió! Y es que aprendió que la caridad puede llenar de gozo su corazón.
PROFESORA: ROSA MARIA MORALES VILLARREAL
Pronafcap Aula : 3 A
No hay comentarios:
Publicar un comentario